Nombre científico: Anubia barteri.

Esta planta es originaria de África Occidental, y es una de las especies más resistentes que podemos encontrar.

Su crecimiento es lento, por lo que tardaremos un par de meses en notar el cambio, si le hacemos una foto el día que la incorporamos y otra un par de meses después notaremos la diferencia, sino no se la apreciaremos hasta pasado un año.

Este tipo de plantas son de las que alguna vez puede sorprendernos con una flor, en las mías no tuve suerte por ahora.

Esta es la variante más pequeña de la familia pudiendo alcanzar hasta los 15 cm de altura, rara vez algo más. Sus hojas son ovaladas de color verde oscuro, aunque las nuevas tienen una tonalidad más clara. Estas plantas no requieren grandes mantenimientos y son perfectas para enraizarlas sobre un tronco o una roca porosa (preferiblemente volcánica) para facilitar su enraizamiento en ella (de estas dos formas son de las que mejor prosperan), para ello utilizaremos hilo de pescar (ya que apenas se apreciará a la vista) y la sujetaremos suavemente a la superficie donde queremos que se quede sujeta, en un par de meses el sedal podrá ser retirado. En caso de que decidamos enterrar sus raíces en el sustrato, tenemos que tener cuidado  de no enterrar el rizoma (la parte verde de donde tira la raíz y salen las hojas) ya que eso conllevaría a la futura muerte de la planta.

La propagación de la planta es mediante el corte del propio rizoma dividendo la planta en 2 o 3 según el tamaño que posea la misma.

Temperatura:

Entre 20ºC y 30ºC

Tipo de agua:

Ph: entre 5 y 8,5. Prefiere una dureza media aunque podría estar tanto en aguas más blandas como aguas duras.

Iluminación:

Prefiere una iluminación débil ya que una luz más potente ralentizaría su crecimiento y la llenaría de algas. Por ello es perfecta para las zonas donde hay muy poca iluminación en nuestra pecera (donde otras plantas no sobrevivirían), o que otras plantas de más tamaño le hagan sombra.